Noche mágica en Montevideo.
Don Gilberto Santa Rosa, el Caballero de la Salsa, ofreció un recital en el Teatro de Verano, frente al Río de la Plata.
Una noche cálida y estrellada, especial para soñar, para dejarse llevar por esa música maravillosa, música para celebrar la vida, y por esa voz única, increíble.
Bailé todo el tiempo, como un poseído.
Ahora me levanté tarde y seguramente llegaré tarde al trabajo.
Pero este buen cansancio valió la pena.
¡Gracias, Don Gilberto!
Ojalá pudiéramos tenerlo más tiempo con nosotros.
Un abrazo para usted y para todo Puerto Rico.
Ahí va la letra de uno de los temas que más me gustan,
y que anoche escuché con tanta emoción:
Pido la paz para esta guerra, quisiera deponer mis armas
Parar con esta hostilidad que no conduce a nada
Te propongo una tregua,
Hago un llamado a tu conciencia
La mía ya me está matando, quien te está hablando se rindió
Perdió todas sus fuerzas, y hoy viene a suplicarte
Y a pedir perdón
Ay perdóname, perdóname
No me hagas llorar, no sé cómo hablar
ay perdóname, perdóname
Qué tengo que hacer, si quieres me rindo a tus pies
Quiero que sepas que he cambiado, que estar sin ti ha sido amargo
Por qué me tuve que perder y andar en malos pasos
Y hoy que vuelvo a encontrarte
Quisiera volver
Ay perdóname, perdóname
No me hagas llorar, no sé cómo hablar
ay perdóname, perdóname
Qué tengo que hacer, si quieres me rindo...
Perdóname, perdóname
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